El espíritu habla con el espíritu, esa es la máxima del día de hoy.
Usualmente, sueles pensar que soy un espíritu lejano, muy lejano y casi inexistente, que escucha en algún lugar del universo. En otras ocasiones, muchos otros piensan que deben ser dignos, realizar ritos, purificaciones y hasta sacrificios para merecer el derecho de hablar conmigo.
Nada de eso es necesario, desde siempre el espíritu habla con el espíritu, desde siempre tú y yo nos hablamos de tú a tú. No se necesitan cables especiales, no se necesitan formas particulares, no es necesaria más que la intención, – la intención es un poder sutil que merece tu estudio.

Y es que desde hace un tiempo reciente, los científicos de tu mundo están buscando desde dónde salen las ideas, como es que un cerebro realiza/crea los pensamientos. Espero que un día encuentren que todo eso que les interroga nace de más arriba de una parte que no es física, esa parte que es el espíritu y que es esa parte que eres tú.
No te confundas, la ciencia de hoy en día sabe mucho y a la vez casi nada de tu cerebro, la ciencia mira cómo funciona el cerebro, cómo ciertas partes del cerebro se ACTIVAN ante estímulos, internos o externos, pero todavía no saben/ven/detectan cómo naces las ideas, como se vuelven imágenes en tu cerebro y cómo una vez generadas quedan registradas y evolucionan hasta activar zonas mayores del cerebro.
La pregunta que deberíamos hacer con respecto a la comunicación y las ideas, es: ¿por qué no se ven, por qué no se detecta su génesis? Muchas veces las personas mueren y el cuerpo no cambia inmediatamente, no se ve que salga nada, no cambia el peso, no se transforma nada y, sin embargo, ese cuerpo muerto se ve muy hueco, las constantes vitales desaparecen y por más estímulos eléctricos que se le administren no responde, nada lo hace funcionar de nuevo como cuando el ser (invisible) que estaba ahí lo usaba a su voluntad. Al parecer el cuerpo no es tan mecánico como afirma la ciencia, no parecer ser reparable como si fuese una máquina.
Entonces, si por medio de estímulos no se reanima, o no registra funcionamiento cerebral, ¿quién es verdaderamente el ser que maneja el cuerpo?, entonces ¿no es el cerebro el causante de las ideas, de la comunicación, de los conceptos, de la personalidad? ¿Por qué es posible hacer funcionar un cuerpo y que el cerebro se quede inactivo?
También se me ocurre preguntar, ¿por qué, si el cerebro es una máquina compleja donde reside el ser y el resto del cuerpo es un pueril sirviente de este, no se da el caso de seres humanos con personalidades gemelas?, o más bien, ¿cómo es posible que una máquina biológica como lo es el cerebro, no repite la personalidad y cada ser a lo largo de miles de años resulta único? Tan único que se debe registrar en la historia lo que ese ser humano dejó a su paso por el mundo.
Sí, sé que me dirías que debido a la cantidad de enlaces neuronales, la formación y adaptación de la personalidad basándonos en la configuración cerebral es infinita, y que igual que números aleatorios en una matriz de datos, las infinitas personalidades posibles que un cerebro puede generar dan para que una persona no se repita en billones de años.
Pero entonces, yo te quiero preguntar: ¿tú sientes ser un mero resultado de una combinación neuronal aleatoria, modificada por un entorno y que como resultado eres simplemente una cosa controlada por el eterno azar, que como siempre, lo explica todo en la ciencia? En verdad tú sientes que eres un accidente numérico, que ama por casualidad, que sueña por curioso caso accidental, que desea vivir por mero impulso mecánico y vive solo por qué el azar dio paso a la vida, pero que lo mismo da que no existieras, ya que matemáticamente es lo mismo la muerte que la vida. Sincérate y dime que estás conforme con esas explicaciones científicas y que aceptas el hecho que la persona que tú eres, solo es un accidente y que, por lo tanto, si mueres no fuiste más que algo desechable, sin importancia, y sin trascendencia, ya que desde el principio, solo eras un mero mecanismo accidental hueco y vacío que por azar creyó ser una persona. Igual que millones que ya han vivido y que millones que vivirán.
Sabes que es lo que yo creo, que tanta verborrea de números, de ideas y de mecanismos no te convence cuándo los debes aplicar a quién eres tú.
Pienso, que piensas, que cuando se trata de ti, te piensas único, diferente, vivo, y valioso. Sabes, los números no aspiran a tener, a crear, a aprender, la casualidad no sabe que es amar, odiar, sanar, las variaciones incidentales o casuales no motivan para autosuperarse y apreciarte. ¿De dónde esas proteínas y células ejercen motivación o te persuaden para crear o aprender? Si lo analizas con mucha CONciencia, eso te deja a que tú eres Don/Doña nadie, tú no controlas nada en tu vida; bajo esa perspectiva de vida evolucionada, tú eres menos que una suma o una resta de algo, tú eres una hipótesis (la vida humana solo una hipótesis accidente-temporal) carente de sentido. Tu complejidad estructurada en conjunto emoción-biología-intelecto-espacio-tiempo es tan inplausible, que mereces no estar en el universo regido por el caos y azar-probabilístico.
Supongo que deseas vivir mucho, que lo aprecias lo que aprendes, que disfrutas lo que vives y que deseas viajar por el mundo y conocer tantas cosas. Si he acertado, creo que las explicaciones neuronales y matemáticas de la personalidad no te atraen mucho, ¿verdad?
Pues en el mundo del espíritu, así es. La persona que me lee en este momento, es un hombre o una mujer en la carne, pero el espíritu de la vida encima del cuerpo que usa un controlador maestro para mover un vehículo en el mundo de la materia, que por cierto es un mundo no muy real para el espíritu.
Sabías que el mundo material no es tan real para ti tampoco, tus científicos han encontrado una constante interesante en el controlador maestro, en tu cerebro no hay diferencia entre imaginar hacer una actividad y hacerla materialmente. En el cerebro se activan y usan las mismas zonas para imaginar lanzar el balón en la playa que cuando materialmente lanzas el balón en la playa. Si la persona vive en el cerebro como muchos afirman, entonces ¿cómo es posible que para el cerebro no exista diferencia entre imaginar y hacer? Y es que no la hay, el espíritu todo lo percibe como cierto, porque para ti todo es “etéreo” y solo a través del cuerpo vives la parte material de las cosas, pero tanto que lanzas el balón en una playa creada en tu mente, como que lanzas la pelota en una playa física, y en ambos casos es igual en tu Mente (que no es tu cerebro), por lo tanto, que lo hagas en un lugar o en el otro no tiene importancia en el mundo interior, ambas experiencias son válidas. Pero tú estás malacostumbrado a creer que solo la física puede ser la real.
Pero la pregunta principal persiste, cómo es que una persona crea en su mente un mundo con detalles (como en los sueños) y no se vea, perciba, encuentre a sí misma(o); cómo lo hace, de donde los saca, cómo es que ese cerebro crea cosas que no existen, cómo es posible que un cerebro vea cosas que no se han visto antes, procese ideas que no se habían concebido o registrado. ¿Solo es cosa de aminoácidos y química molecular?, ¿pero por qué no sucede así con muchos animales de mayor o igual capacidad cerebral como la humana?… Por si no lo sabes, el cerebro humano no es el mejor de todos, hay muchos tipos de cerebros en el mundo animal, algunos superiores al humano, pero esa es otra larga historia.
La respuesta está en el espíritu, pero yerran en buscar por medios físicos la esencia del SER que no es física. El espíritu no es materia, y nunca lo será.
Solo algunos seres entienden bien que no se puede demostrar la existencia y cualidades del ser por medio de las actividades cerebrales, ya que la parte de todos nosotros (YO principalmente) somos espíritu, y el espíritu no es materia ni a la más mínima unidad. Al contrario, como espíritu vienes a conocer otro aspecto de la creación, el aspecto de una dimensión material, que parece real, pero que solo se le puede percibir mediante sensores distribuidos por todo el cuerpo.
En cuanto a percibir el mundo, la vista es uno de los principales, cierra tus ojos y trata de “ver el mundo” verás que solo lo puedes percibir, pero que, en verdad, parece a la vez no estar ahí.
Podríamos seguir hablando largo y tendido del mundo material, pero lo principal es decirte que para hablar conmigo no requieres de tu cerebro, no requieres de tu boca, no requieres de medios o ceremonias. Igual que yo, eres un espíritu, y como espíritu, no necesitas de cuerpo para hablarme.
Así, en tu forma pura, es más que suficiente para comunicarte. Por ello, buscar, ver y oír a lo divino igual que como una persona de carne y hueso es una locura. Eso es para los infantes espirituales. Como ya te he explicado, el espíritu no es material, ni por poco. El mejor medio para comunicarte hasta el más allá es mediante tu esencia, la cual no es material, y no necesitan comprar, merecer o conseguir aditamentos para hacerlo, el espíritu le habla al espíritu. Dios habla con dios en directo, sin aparatos. Acostúmbrate a la idea de que perfecto eres, llámame para lo que sea, solo con pensarlo, los pensamientos son la obra del espíritu, son poderosos, son creadores, son divinos; el cerebro no los produce, el cerebro solo los percibe, así pues, úsalos para alcanzarme dondequiera que estés y déjame enviarte los míos para hacer una buena charla. ¿Acaso creías que yo hablo con voz?, solo como abrebocas, te diré que puedo hacerlo, pero en mi día a día soy telepático. Envío pensamientos y sentimientos, es una comunicación más rica y de mayor detalle, a lo mejor un día la volverás a utilizar y te darás cuenta de que es lo natural.
El espíritu habla con el espíritu, el medio no importa. Recuerda que siempre estoy aquí.
Y así es.