“Largate de aquí, sólo verte me enferma”. Creo que alguna vez escuchaste o viste en el radio o la televisión algo similar a eso. Es una línea muy popular entre los escritores. Pero la verdad, como muchas cosas en el universo, hay más debajo de la alfombra.
Algunas almas lucidas se han preguntado mucho desde hace algunos años por qué el género del terror, de los demonios, de las calamidades o de las historias negras ha ganado mucha popularidad.
Cuento para reflexionar: el castillo del arte, la salud y la belleza
En nuestro ejercicio de imaginación, tal vez hoy tenga una respuesta que te pueda ser plausible. Como siempre te daré la lección en una línea y después la desglosaré.
“De la vista nace el amor, con la vista nace la influencia, el arte influencia tu vista y el entendimiento, con el arte te están manipulando”
Anunció: Tengo vacantes de diseñadores gráficos, paisajistas, actores, escritores, guionistas, directores de cine y productores abiertas. Incluyo locutores, poetas y hasta políticos.
Addendum de anuncio: Las desviaciones (el mal) existe, las profesiones de arriba son consideradas las de los reparadores del orden divino. Para nosotros ellos/ellas son muy valiosos.
Y bueno… como lo prometí, te lo explicaré, o más bien te lo dibujaré… en la cabeza.
Imagina un lindo lugar con luz blanca, imagina que es uno de esos castillos de fantasía que rayan en la perfección, con los pisos lustrosos y limpios, las mesas de la mejor ebanistería, tremendamente trabajadas, manteles, alfombras, cortinas bellamente decoradas con hilos de oro y plata, los pasillos con unos ventanales grandes que dejan pasar la bella luz del sol y realzan todas las cosas que esta luz toca, los vidrios de esos ventanales son tan perfectos que se cuelan los arcoíris a las habitaciones que no resisten la tentación de tanta exuberancia.
En las habitaciones las camas son grandes, con sabanas de seda y vestimentas del más puro algodón posible, los objetos de los necesarios en cada habitación exhalan perfección hasta en el más mínimo detalle de fabricación, desde un peine con mango de plata hasta un espejo con base madera de ébano glamorosamente tallada y decorada.
Mientras caminas al salón de eventos, te salen al encuentro unas puertas confeccionadas con miles de piezas minuciosamente colocadas una tras otra para formar un patrón de formas geométricas que se termina de engalanar con lozas de malaquita y algunos rubíes que le coronan en la parte alta. Por ese pasillo hay un patrón de lozas negras y blancas, tan negras como el ónix más puro, y tan blancas como el mármol más fino de las mejores canteras italianas.
Pero lo mejor de ese lugar, eres tú, que vistes con ropas hechas por sastre a tu medida, imagina que vistes con sedas de colores y densidades distintas, un traje o vestido hecho solo para tus gustos, pensado en cada detalle en alagarte, en mostrar tu mejor ángulo y demostrar tu belleza sin igual.
Es más, seamos temerarios e imaginemos que el castillo y las ropas son tuyas por derecho propio, nadie ni nada te los puede quitar y para celebrar este momento, si me lo permites, organizaremos una recepción en el bello salón de este único y exclusivo palacio como no se ha visto nunca en ningún castillo o palacio del mundo terrenal. Definitivamente, este lugar, tu belleza y porte no pueden quedarse sin un momento así, sería un desperdicio, y la belleza es para admirarse.
Imagina que caminas con una salud perfecta, en el cuerpo que en muchas ocasiones quieres, vestido con esa indumentaria perfecta y que los invitados están en el salón esperado por ti para darte las gracias por haberles dejado entrar en tu morada que está llena de perfección milímetro a milímetro.
Quiero que lo sientas, que lo vivas en tu mente, que lo experimentes sin culpas, es tu imaginación y el lugar es solo tuyo, nadie ni nada te lo puede quitar, además, nadie, ni nada pueden juzgarte en este bello lugar, esfuérzate por imaginar su perfección absoluta, es solo un ejercicio de imaginación, pero haz que se vea perfecto, pulcro, hermoso, divino, exuberante, fastuoso, opulento.
Y con ese poder que te has permitido crear algo hermoso y perfecto, llegas a un lugar donde muchas personas conocidas y algunos colados, quieren saludarte, en verdad desean saludarte y agradecerte que les permitieras entrar a ese bello lugar. Imagina caminar por algo tan bello, tan tuyo y tan apreciado por todos. Cuando te encuentras en el centro del salón en el blanco de las lozas de mármol, ante la mirada de beneplácito y agradecimiento de todos los presentes, te quitas el pantalón o levantas el vestido y muy ceremoniosamente, con elegancia suave bajas al nivel del piso para ponerte en cuclillas y comenzar una muy apestosa, sonora y desagradable defecación en el pulcro piso blanco que poco a poco recibe el excremento que sale de tu cuerpo.
Lo haces con tal placer que disfrutas descargarte en medio del salón y dejar salir lo más apestoso y vomitivo de ti, causas una gran exaltación y sorpresa, la cual es de tu completo agrado. Al terminar, usando tus muy elaboradas artes de la persuasión, invitas a todos a que prueben un poco de tu obra de arte y se deleiten con algo que explicas, sale de tu ser más interior y profundo, les convences de que como eso no hay nada igual, ni siquiera el castillo puede compararse con tu obra de arte por qué proviene de tu espíritu, según le comentas a la audiencia.
En este punto quiero preguntarte: ¿te parece que algo no encaja con la escena que estábamos creando?, ¿en verdad es una obra de arte?
Si sientes que para tu mente algo es incongruente con lo que habías diseñado, por favor, quítalo de la escena y continuemos. Creo imaginar que todo estuvo bien hasta antes de la defecación.
¿Te das cuenta de que en esa escena no hay cabida para un acto sucio que descuadra la belleza antes imaginada? Así es el orden divino, lo llevas dentro, cuando algo se sale de ese orden, tú mismo lo reconoces y crea una sensación de alteración, incomodidad, repugnancia o rechazo. Tan simple que lo que no va en concordancia con el orden, la perfección, la belleza inmediatamente se repele de una u otra forma, es decir, lo feo, no puede estar en medio de lo bello, importante es que no confundas con belleza física, es lo feo en general, es lo bello en general. Podemos decir que es como un efecto reflejo congénito. Pero en tu mundo todavía no se habla de genética-psicológica conductual, eso es para unos siglos más adelante. Vamos a simplificarlo y dejarlo en que algo no encaja y lo repeles.
Para ir más lejos, imagina que la escena se lleva a cabo, el excremento termina de salir en una cantidad suficiente para ser notorio, disfrutas lo que estás haciendo, y debido a que te sientes tan cómodo en el lugar, pones todo tu empeño en tu obra de arte, sabes que todos están ahí por ti y quieres lucirte con los invitados. Terminas y te sientes orgulloso de la “bella obra artística que presentas con orgullo ante todos”. Todo está bien, no te asustes, aquí son muy tolerantes, toda expresión de arte es bienvenida. Por ello, los invitas de nuevo a que prueben por sí mismo el sabor del arte y los invitas que lo degusten.
Debido al efecto encantador de tus modales, de tu vocabulario articulado y sofisticado, a la belleza del lugar tan perfecto que por todas partes es hermoso y que es solo tuyo, aunque tímidos, algunos toman su cuchara de oro y poco a poco se acercan y toman un poco del fétido producto de tus entrañas. Algunos no lo entienden, pero al ver a lo demás siguen su ejemplo.
En cuanto algunos de ellos engullen el atípico aperitivo comienzan a vomitar más de lo mismo que produjiste, otros se retuercen en el piso y gritan de dolor en sus intestinos, lo que los obliga a hacer lo mismo que tú hiciste buscando aliviar ese dolor intestinal y también defecan en abundancia.
Algunos más sensibles, que sospecharon algo raro, pero que ni siquiera se atrevieron a llegar a tu obra de arte, vomitan, lloran, se asfixian y salen despavoridos por las ventanas en busca de alivio, sienten que el ambiente los enferma y que no pueden estar en ese lugar.
Todo ese alboroto solo por una pequeña obra de arte abstracto, te dices a ti mismo. Y comentas para ti mismo que son unos ilusos que no entienden las obras de arte conceptuales. Y con ese y muchos otros argumentos grandilocuentes invitas a los indecisos a que se una a tu festín, apelas que no pueden decir nada si no lo prueban y lo experimentan por sí mismo. Y el caos se repite de persona en persona, hasta acabar con el último invitado. Es lamentable, pero el problema se lo llevan a sus casas donde hasta los niños reciben un efecto colateral de tu arte al solo ver a sus padres y oler como llegaron a casa.
Dejemos hasta aquí la escatológica escena, creo que ya casi entiendes el mensaje.
En general, ahí donde tú vives, en la tierra, esta ficticia escena funciona tan parecida a la realidad que cualquier similitud con la vida real NO ES COINCIDENCIA.
Quiero que observes que en un bello lugar, algo feo (palabra general), desentona. Y de forma instintiva deseamos moverlo, retirarlo o eliminarlo. No importa que nos describan la cosa, esa de forma rimbombante, no es parte de la belleza establecida en el lugar.
Después, si las cosas siguen mal y esa cosa fea (de nuevo, solo una palabra general) persiste, infecta como virus a los demás, pasa de uno a otro y a otro más, el efecto se multiplica de forma exponencial.
Y como bien decías en tus justificaciones, todo por no entender el arte conceptual, pero…
Ahora curemos. Imaginemos que una pareja llega a una alejada parte del castillo que se mantiene intacta por el evento. Llegan a un hermoso baño, de una tina oval gigante, la cual, tiene el agua tibia saliendo de un grifo de oro, y es tan limpia que parece un simple cristal transparente. A cada extremo hay sendos jabones, aceites, flores, perfumes con botellas de agua de manantial para beber mientras se está cómo dentro de esta enorme tina de baño.
Desde el centro del techo se ubica una regadera de lluvia que parece que deja caer el agua como bellos diamantes limpian con suavidad la piel relajando a cualquiera que se pose debajo de ella.
En ese hermoso rinconcito que quedó fuera del alboroto conceptual y la dialéctica cultural progresista postmoderna, llega una desesperada pareja que siente el irresistible, y apremiante impulso de desnudarse y limpiar su piel y cabellos. Se hunden en las aguas que recogen milímetro a milímetro la suciedad y se la llevan lejos de ahí, con poco más de tranquilidad, el instinto femenino se hace presente y ella toma aceites y jabones para limpiar a los dos, la suave espuma que producen sus femeninas manos con suma ligereza y prontitud remueve todo lo no deseado y deja un perfume duradero en la piel de ambos.
Poco a poco la calma regresa a sus corazones y olvidan el mal rato concentrándose en aprovechar la oportunidad para embellecerse, la sensación de suavidad es tan intensa, el perfume es tan sutil, pero presente que parece que juega con sus narices a esconderse entre los aceites y el agua, así que no pueden más que tomar un poco más de las botellas de cristal cortado con argolla de plata.
Nuestros suertudos huéspedes que han logrado salir bien librados, se sientan en las sillas de mármol rosa de la tina y comienzan a escuchar el canto de ángelas que con cada ritmo arrullan y calman hasta lo más profundo de la mente y corazón. Esa música los invita a descansar y mantenerse quietos mientras con suavidad unos chicos muy diestros retiran la basura y las ropas sucias. En un santiamén, la pulcritud regresa al lugar y al mismo tiempo se acercan las cantoras para dar un relajante masaje de cuero cabelludo con lociones sutiles de frutas que se desvanecen el aire y perfuman todo.
Nuestros imaginarios invitados se quedan dormidos, en un sueño, profundo, reparador y lleno de paz, el mal rato ha quedado muy atrás.
Rato después despiertan con calma y la luna los saluda desde las ventanas, al salir de la gigantesca tina de baño rosa, con muros de mármol en tonos más suaves y algunas columnas y nichos en la pared donde residen las flores del baño; él y ella, encuentra nuevas ropas limpias, secas y bellas. Agradecen (porque dar las gracias es importante) en voz alta y sabiendo que todo fue un regalo para hacer pasar el mal rato, emprenden el camino a casa hasta llegar con sus seres queridos, cuando llegan a su morada todos aprecian lo bien que se ven y hasta el perro salta de felicidad porque huelen divinos y se ven perfectos.
Pero algo curioso pasa, mientras muchos otros en aquel lugar siguen lidiando con una resaca escatológica, vomitan, les duele el abdomen y no pueden quitarse las imágenes de la mente; ellos perciben que su casa está bien, pero que les gustaría se pareciera un poco al lugar donde tomaron su baño.
Ella intuitiva y bella, como sólo ellas saben serlo, saca los jarrones y floreros para llenarlos de bellas margaritas, claveles y gardenias. Entre las habitaciones aparecen toallas y ajuares de baño con sales minerales o aceites esenciales de canela y lavanda.
Él, práctico y dispuesto, como solo ellos son, decide quitar muchas cosas dañadas que arreglo ya no tienen. A él le gusta el jardín de su casa y decide llevarse toda la mala hierba, solo dejar aquellas plantas y flores que estén dispuestas a mantenerse bellas y ordenadas en su terraza. En alguna pared hace aparecer pintura nueva, y una que otra lámpara se encargan de mantener una suave luz por las noches decorando las paredes recién pintadas.
Aunque su hogar no es un castillo, la escoba y el trapeador, corren a toda mugre que intenta esconderse por esquinas y rincones y el brillo del lugar se hace más presente. Definitivamente, la experiencia les dejó marcados y a su manera siguen imitando el sitio donde estuvieron para seguir sintiendo esa sensación de paz, tranquilidad, bienestar y claridad. Regularmente, cualesquier cosas que sale del orden de su hogar es corregida al poco tiempo, para ellos se volvió un hábito eliminar lo que perciben, está desordenado o que, igual que aquella noche, rompe con una invisible tela de armonía que se ha entramado alrededor de sus cosas, de su casa y en el suelo de ese paraje.
La moraleja de la historia no es figurativa, es directa, mantén limpio y ordenado tu hogar, tu departamento o simplemente tu habitación. El desorden enferma. Parece un acto muy usual de poca importancia y que lo deben hacer los que estén a cargo de la servidumbre, pero para nada es así. Un enfermo enferma más si su hogar está sucio, ¿recuerdas las bacterias?
En el campo de lo invisible, la mente experimenta un estrés más largo y enfermizo en ambientes discordantes con la belleza natural de un buen jardín, de una linda fachada, el sistema inmune decae en efectividad y una mente enferma, es una mente que enferma a todo un cuerpo, recuérdalo muy bien.
Pero claro, como siempre hay algo más, ahora que piensas que todo esta larga historia es solo para decirte que hagas tus labores domésticas, la verdad es que no es así.
La belleza está relacionada con muchos tipos de artes, y la belleza es parte de la salud, no es un reflejo, es una parte integral de ella. Cuando el arte no es bello, eso también enferma, enferma la mente y al enfermar la mente se enferma el cuerpo, alguien dijo: “Mens sana in corpore sano” (mente sana en cuerpo sano), pero en realidad debe ser “una mente sana es un cuerpo sano”, de no ser así, el efecto placebo no sería la fuente de debate que ya es, donde, sin aparente medicina, una mente influenciada positivamente ejerce un poderoso efecto sanador para todo el cuerpo. Por cierto, las curaciones rápidas de los que regresan de la muerte son en esencia la mente ultra-sana que cura a mayor velocidad. La conquista de tu mente es la mayor inversión de vida.
Y entonces, cuando expones tu mente al drama comercial de la TV, a las novelas de terror, a la música de odio, a las esculturas asimétricas o deformes, estás envenenado tu mente. Es tan real como si de repente fueses a la alacena y tomaras una barra de chocolate con una pequeña dosis de cianuro o arsénico. Igual que en la escena donde todos estaban vomitando o defecando, esas alteraciones del orden “bello” enferman y se propagan. La belleza en las artes no es una banalidad humana propia de las “mentes ociosas”, no es un pasatiempo, no es el resultado de mentes dispersas o desocupadas, en el universo de la creación la belleza es parte del orden, la belleza es parte integral de la salud.
Si hoy en día la nación del sol naciente se ha dado cuenta de que debe recetar “baños de bosque” para aliviar algunas aflicciones integrando mente y cuerpo en un entorno de belleza natural, espero pronto otra nación de occidente recete retiros de belleza para curar a tantas mentes alteradas y que en el proceso dejen de etiquetar la palabra “lujo” a un elemento universal del así llamado “orden bello”.
Por último, la belleza, y el orden no están relacionados al dinero, el lujo o el expendio de dineros. El orden es palpable en casas de cualquier presupuesto, las flores no embellecen mejor en casas de lujo que en casas regulares. Un perfume no huele más en un lujoso hotel que en una pequeña habitación, la limpieza no cobra por ser usada. Todo esto aplica para tu casa exterior y la interior .
Es por todo esto que los artistas, en los mundos del más acá, son algo así como parte de los trabajadores de servicios básicos de las ciudades. Ellos se encargan de mantener el orden bello y proporcionar una capa invisible de bienestar.
Cuando en tu mundo los artistas enfocan sus habilidades en las novelas de crimen, las historias de terror y todo aquello que altera el estado de conciencia normal de un ser humano, incluso en las esculturas que hay por las calles, esas mentes infectadas están haciendo lo que la persona de este cuento hizo al defecar en medio de un palacio e infectar a los demás con su arte malsano.
El mal arte es contagioso, pero su uso no es casualidad. En el orden superior de las cosas, el arte oscuro o desfigurado, es el empleo premeditado de la maldad que intenta robar el control de la mente. ¿Recuerdas “mente sana en cuerpo sano”?, ¿Recuerdas: “la conquista de tu mente es la más grande las inversiones de tu vida”? El mal, la oscuridad, el demonio, los ángeles caídos, o como gustes así llamarlos, desde hace tiempo saben que lo mejor para controlarte es enfermar tu mente, manipulándola con grandes cargas de discordancia y mentiras, para así continuar alimentándose de tu energía llena de ignorancia.
Si tú eres una de mis alamas que se pregunta por qué tantas películas de terror, de odio, de venganza o de crimen, espero con todo lo que te he contado haberte dado algunas buenas respuestas.
Si tú eres un novato que apenas empieza a descubrir el mundo espiritual, espero seas muy exigente en la limpieza de tu casa interior y exterior, y mantengas fuera de tu universo personal el mal arte. Siempre busca lo más bello, acá en tu casa, el lugar de donde fuiste imaginado, la belleza está por todas partes, porque es lo único real y verdadero.
Y así es.